FutureSelf 10: Monarca de tu mente
El trono de tu cerebro lo controlas tú, te enseño cómo hacerlo.
Ser soberano de tu mente te permite un nivel de decisiones que por inercia jamás tomarías. Hoy quiero contarte cual es el proceso que aplico para hacerme cada día más soberano de ella y evitar que, poco a poco, ella me controle a mí.
La mente es una de las tecnologías naturales más fascinantes con las que me he encontrado jamás. Te permite hacer cosas que para otros serían ciencia ficción, crear mundos imaginarios que invaden todos tus sentidos y que acaban siendo realidad o poder estar en escenarios a los que la mayoría de los mortales jamás accederemos. La mente es una herramienta de creación fascinante, pero, como ya vimos en otras ediciones de FutureSelf, mal gestionada, puede ser la mayor herramienta de destrucción jamás vista.
Ahora que ya sabemos lo que es ser soberano, ahora que tenemos claro por qué ser soberano es el camino más directo a vivir una vida plena y llena de intencionalidad, vamos a meternos un poco más en la madriguera de Alicia en el país de las maravillas y ver cómo podemos aplicarlo a diferentes situaciones y entornos de nuestro día a día. Y empiezo por la base de toda creación: la consciencia y nuestra mente.
La mente es aquel lugar donde empieza todo. En esta edición, no voy a separar a la mente del ser, porque, aunque yo los considero diferentes, creo que puede confundir y restar al propósito final de esta newsletter: conseguir que tu yo del futuro sea la mejor versión que has conocido nunca. Como decía, la mente es el templo de los pensamientos, donde empieza y acaba todo, el centro de procesamiento, el lugar donde se gestiona y se tramita todo lo que que entendemos como realidad. Es por ello que aplicar el concepto de soberanía a nuestra mente es realmente importante.
Al fin y al cabo, si no somos soberanos de nuestros pensamientos, ¿quién controla nuestras acciones entonces? ¿Quedan desterradas al abismo de la inercia? ¿Son controladas por otros?
Recuerda el siguiente esquema:
PENSAMIENTOS > DECISIONES > ACCIONES > HÁBITOS > REALIDADES
Por eso es clave empezar a ser conscientes del poder que podemos empezar a activar cuando somos soberanos de nuestros pensamientos. Creas lo que crees. Pero, del dicho al hecho, hay un trecho. Tener control de nuestros pensamientos es una de las tareas más complicadas a las que me he enfrentado. Nuestras ideas y todo lo que pasa por nuestra mente está íntimamente relacionado con nuestro contexto, lo que hemos vivido, lo que nos hemos contado y lo que experimentamos cada día. Por ejemplo, por mucho que esté en control con mi mente, y mis pensamientos, si me digo: No pienses en un elefante rosa, lo primero que haré, sin ningún tipo de dominio por mi parte, será pensar en ese elefante. De ahí que, para mí, ser soberano de mi mente va más allá de intentar encasillar o encajonar ciertos pensamientos para que no “aparezcan”. Decido tomar otra ruta, la ruta de la antifragilidad, pero a mi manera.
"Antifragilidad" es un término acuñado por el matemático y ensayista Nassim Nicholas Taleb en su libro "Antifragile: Things That Gain from Disorder" (Antifrágil: Las cosas que se benefician del desorden), que fue publicado en 2012.
Según Taleb, la antifragilidad va más allá de la resistencia o robustez. Un sistema resistente o robusto es aquel que puede soportar shocks o estrés sin quebrarse. Pero un sistema antifrágil es aquel que en realidad se beneficia o mejora con el estrés, el shock, la volatilidad, el riesgo y el caos hasta cierto punto.
En otras palabras, en lugar de simplemente resistir el desorden, un sistema antifrágil mejora y se fortalece con él.
Taleb argumenta que muchos sistemas naturales, como la evolución biológica, demuestran antifragilidad. Los organismos evolucionan y se adaptan en respuesta a cambios en su entorno, volviéndose más fuertes y mejor adaptados en el proceso.
Sin embargo, la mente humana, en cuanto se enfrenta a un caos y ruido constante, activa el modo automático para lidiar con todo ese desastre, haciendo que actuemos por inercia y sin dirección. Taleb propone que, en lugar de tratar de predecir y evitar el desorden, deberíamos diseñar y organizar nuestros sistemas para que se beneficien de él, creando así sistemas antifrágiles.
La soberanía de la mente es antifrágil porque tiene la capacidad de adaptarse y crecer frente a la adversidad.
Una persona con una mente soberana es capaz de pensar de forma independiente, no se deja influir fácilmente por las opiniones de los demás y tiene la capacidad de tomar sus propias decisiones basándose en su propio juicio y comprensión.
Una mente soberana puede considerarse antifrágil en el sentido de que puede fortalecerse a través de la adversidad. En lugar de verse afectada negativamente por las críticas o las opiniones contrarias, una mente soberana puede utilizar estos desafíos para re evaluar sus propias creencias y adaptarse en consecuencia. A través de este proceso, puede surgir una comprensión más profunda y una perspectiva más matizada.
Por ejemplo, cuando nos enfrentamos a opiniones o creencias que desafían las nuestras, podemos sentirnos incómodos o amenazados. Pero si aplicamos la idea de la antifragilidad, podríamos ver este desafío como una oportunidad para fortalecer nuestras propias creencias. Podríamos reflexionar sobre por qué mantenemos nuestras creencias, considerar cuidadosamente la perspectiva contraria y, si es necesario, ajustar nuestras creencias en consecuencia. De esta manera, la adversidad no solo no nos daña, sino que nos beneficia, permitiéndonos crecer y mejorar.
¿Veis por dónde voy? El objetivo de una mente soberana no es controlarlo todo, es asegurarse de que las decisiones que toma están basadas en su intención y están alineadas con la persona que quiere construir, independientemente del entorno o el caos a su alrededor. La antifragilidad de la mente es el tesoro que queremos nutrir no sólo para protegerla del caos exterior, si no para que lo use como combustible para seguir creciendo.
Al cultivar la soberanía de la mente, también desarrollas antifragilidad, convirtiendo los desafíos y el desorden en oportunidades de crecimiento y fortalecimiento.
Ser soberano de tu mente es ser el maestro transformador de tu vida. Es ser la alquimista de tu realidad para transmutarla en aquello que quieres convertirte. Es empezar a poner consciencia en tu autoridad como creador de tu futuro. Y te quiero presentar algunas de las prácticas que a mí me ayudan a centrar mi potencial y focalizarlo en ser soberano de mi centro de decisiones:
Atención plena: Prueba a dedicar 5 minutos al día, en cualquier situación, a poner todos tus sentidos en lo que estés haciendo. Te pongo un ejemplo, lo hago a veces cuando voy conduciendo. Tenemos todo tan interiorizado y automatizado que podríamos estar 30 minutos conduciendo con la mente divagando en mil cosas. Prueba a prestar atención. Y hazlo así: ¿qué ves delante? Fíjate en tu visión frontal y periférica, ¿qué te aparece?. Luego: ¿Qué olores te llegan? ¿Huele a coche nuevo, a tu ambientador, a el paquete de patatas que ayer abrieron en el asiento trasero y que ahí se ha quedado? ¿A qué huele?. Sigue con el oído. Baja la ventanilla si no vas rápido, ¿qué se escucha? ¿El sonido del viento cortado por la velocidad del coche? ¿Los pájaros? ¿Conversaciones de desconocidos?. Y finalmente, el taco: ¿cómo se siente tu espalda y tu culo sobre el asiento? ¿Es suave el volante? ¿Sientes la presión de tus piernas sobre las palancas de freno y aceleración? Habiendo hecho esto esto, piensa: ¿me acerca esta acción, este desplazamiento en coche, a la persona que quiero llegar a ser? Puede parecer una chorrada, pero cada pequeño paso nos acerca o nos aleja de algo. Aplícalo a todo lo que puedas.
Curiosidad continua: Aprender constantemente puede ayudarte a ampliar tu perspectiva y a entender mejor el mundo a tu alrededor. Escuchar nuevas perspectivas me da las herramientas que necesito para tomar decisiones informadas y pensar de manera más crítica y autónoma.
Nutre la mente adecuadamente: No miro las noticias, no me infoxico con cantidad ingente de información que no me aporto. Decido ser soberano de cómo nutro mi mente. La calidad de la información que consumo determina la calidad de mis pensamientos, así que soy selectivo.
Abúrrete de vez en cuando: Aburrirse a día de hoy es tan sencillo como poner el móvil en modo avión y quedarte en una habitación o al aire libre contigo mismo. Sin distracciones. Sin estímulos. Pasados 3 minutos, con el déficit de paciencia que tenemos actualmente, llegarás a ese aburrimiento. Tomarte el tiempo para reflexionar sobre tus propios pensamientos, creencias y emociones puede ayudarte a entender mejor quién eres y qué es lo que realmente piensas y sientes, al margen del ruido externo.
Establece límites: Aprender a decir "no" y a establecer límites con los demás es crucial para mantener la soberanía de tu mente. Esto puede permitirte tomar decisiones que estén en línea con tus propios valores y necesidades, en lugar de simplemente hacer lo que los demás quieren o esperan de ti.
Autocuidado: Cuidar de tu salud física y mental puede ser fundamental para mantener la soberanía de tu mente. Esto puede incluir cosas como hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y buscar ayuda cuando la necesites. Es en esos espacios de autocuidado cuando valoramos nuestro poder, y celebramos conscientemente que estamos en él
Autenticidad: Sé fiel a tus propias creencias y valores, incluso cuando se enfrenten a la presión social o al juicio. No hay nada más atractivo para la mente que alguien que es fiel a lo que cree, no a lo que le han impuesto porque sí. Esa autenticidad te equipará ante cualquier adversidad que la mente pueda atravesar.
La soberanía mental es un proceso, no un destino. Cuanto más responsabilidad y disfrute sobre nuestra mente tenemos, más nos damos cuenta de las cosas que nos faltan por hacer, más ponemos consciencia en lo que nos hemos transformado y lo que nos queda por transformar. Es un camino que empezamos a recorrer sabiendo que cada paso que damos, nos pone un paso más cerca de la vida a la que queremos llegar.
Espero que te haya ayudado a hacer un click en tu forma de gestionar tus pensamientos, emociones y decisiones,
Nos vemos la semana que viene,
Fabián.
Muy interesante