FutureSelf 17: Accede a 80 años de sabiduría en este email
Lecciones de vida de mi abuela mallorquina
Hoy quiero hablarte de Francisca, mi vecina de toda la vida. El otro día le pregunté cómo ve el mundo a través de unos ojos que llevan más de 80 años observando. Su respuesta motivó esta edición de FutureSelf.
Ella es mi abuela mallorquina, no de sangre, de lo que corre por mis venas, si no de lo que la hace bombear, de corazón, algo más importante aún. La llamo así cariñosamente porque, aún nacido en Mallorca, mis abuelas son andaluzas.
Ella me ha visto crecer, ha estado presente en muchos momentos importantes, ha mejorado mi vida y me ha dado algo que, aunque ella no lo sabe, me ayuda a mejorar cada día: perspectiva.
Como si de una broma del destino se tratara, nació el mismo día que yo, con más de 50 años de diferencia. Su vida y la mía se entrelazaron hace 25 años, cuando nos mudamos a un nuevo bloque de pisos, donde ella y Lorenzo ya vivían. Ella cumple años el 19 de octubre, y desde que nos conocemos nos llamamos para celebrar esta coincidencia. Este año yo cumplo casi 30, ella, más de 80. Dos vidas diferentes, aunque con actitudes muy parecidas.
Francisca siempre ha sido curiosa, siempre le ha apasionado leer, siempre ha tenido respuesta para los temas más diversos, lo que a mí siempre me ha fascinado. Su vida ha sido de todo menos aburrida, ha viajado por el mundo en momentos en los que hacerlo nada tenía que ver con lo que ahora hacemos, ha vivido situaciones que sólo veremos en las películas, ha ayudado a personas a lo largo del planeta, y estoy convencido de que ha mejorado la vida de mucha gente a su alrededor.
Cada vez que voy a Mallorca aprovecho para tener unos minutos con ella y Lorenzo, son minutos que atesoro, no sólo porque sean escasos, si no por toda la sabiduría que sólo el tiempo y la experiencia de una vida bien vivida pueden enseñarme. Es cuando vives, cuando saboreas lo vivido, cuando acumulas estos momentos en tu mochila de vida, cuando empiezas a ver esos patrones invisibles que todo lo unen. Es ahí cuando empiezas a entender la melodía detrás del ruido, las líneas que unen todos los puntos incoherentes a los que nos enfrentamos cada día.
Y por eso hoy quería conectarla con todos vosotros, no como persona, si no como actitud.
Francisca es mucha gente, puedes ser tú en un momento dado, puede ser cualquier persona que lee esta newsletter, puede ser una sensación que te invade mirando un atardecer, o un pensamiento de fondo mientras te preparas el café.
Para mí Francisca es mirar a la vida de frente, es ser honesto con la vida, decirte verdad, no temer a las consecuencias de una vida que te hubiera gustado vivir pero no viviste por miedo, por no escuchar a lo que realmente quieres decirte. Es ser curioso, es tener la actitud de ser aprendiz de la vida, de estar en constante evolución. Es una actitud que no tiene edad, que no se circunscribe a ningún lugar, a ninguna época. Que no se limita en el espacio, ni en el tiempo. Es el placer de explorar y descubrir. Porque, cuando llegue el momento, ese que vemos en las películas donde toda tu vida pasa delante de tus ojos, y vea todo el potencial que había esperándome, no me arrepentiré de lo que hice y no funcionó, si no de lo que no hice y podía haber funcionado.
Caminamos con muchas mochilas, con muchos pesos y condicionantes que no sólo forjan nuestra identidad, si no que limitan mucho la versión que realmente hemos venido a descubrir. Lo que nos contamos, lo que nos decimos, acaba afectando a todas y cada una de las experiencias que vivimos. Y eso nos ocurre porque dejamos de lado la perspectiva. Una perspectiva que, si tuviéramos en cuenta, nos hablaría de que lo que forja nuestro futuro no es nuestro pasado, si no cómo afrontamos nuestro presente. Si tuvieras el poder de verte con 80 años, de ver todas las experiencias, decisiones, momentos y situaciones que te han llevado hasta ahí, te darías cuenta de que muchas de las emociones que vives ahora, fueron pasajeras, y que fueron las decisiones que tomaste alrededor de esas emociones lo que te hizo cambiar el rumbo de tu día a día.
Hoy te he hablado de Francisca. El otro día le pregunté cómo ve el mundo a través de unos ojos que llevan más de 80 años observando. Su respuesta fue breve, concisa y llena de significado: te das cuenta de que nada es tan importante, de que los dramas de ayer son recuerdos que pasarán, que todo fluye, viene y va, y que nada es para siempre, todo es relativo.
Nos vemos en el futuro,
Fabián