¿Alguna vez has escuchado hablar de la palabra adaptógeno? Quizás te suene a adaptación o a patógeno. Hoy quiero hablarte de estas poderosas sustancias naturales, que se encuentran en nuestro día a día, y que pueden ayudarnos a ser lo más parecidos a superhéroes en nuestro día a día. Los adaptógenos nos dan ayuda en lo que más necesitamos, nos dan ese apoyo que nos hace falta en algunas situaciones y nos permiten dar rienda suelta a nuestro potencial. Tienen la capacidad de ser flexibles y mejorar nuestro rendimiento desde varias perspectivas, lo que los convierte en poderosos aliados cuando sufrimos periodos de estrés, cuando buscamos calma o cuando queremos estar rindiendo por encima de la media. Además, muchos de ellos provienen de uno de los organismos más increíbles que existen en la tierra y del que hemos hablado ya en el podcast en varias ocasiones: las setas.
Prepárate para conocer alguno de los componentes que, después de leer todo lo que tienen por ofrecerte, van a formar parte de tu día a día a partir de ahora.
Hablar de adaptógenos es hablar de la historia del ser humano. Las hierbas medicinales se han utilizado en todo tipo de terapias curativas desde hace miles de años, muchas de ellas pasando luego a ser sintetizadas en potentes medicamentos como los que tenemos ahora en las farmacias. Este tipo de plantas están presentes en nuestro entorno desde hace millones de años, solo que invisibles, pacientes, esperando a ser encontrados. Muchos de ellos han sido usados de forma milenaria por diferentes tradiciones y culturas, como la china o la india. Los utilizaban en infusiones, tés y caldos para regenerar el cuerpo y el espíritu.
Me parece realmente inteligente poder utilizar los recursos que tienes a tu alrededor y aprovecharlos para hacer con ellos todo tipo de remedios que nos ayuden en nuestro día a día. Tener un conocimiento profundo de la flora que nos rodea es clave para saber lo que podemos coger y lo que no (recordemos, no todo el bosque es comestible ni recomendable) y poder usar a nuestro favor lo que la naturaleza nos proporciona.
Los adaptógenos son una categoría de hierbas y plantas que se cree que ayudan al cuerpo a resistir diferentes tipos de estrés, físico, químico o biológico. La idea de los adaptógenos proviene de la medicina ayurvédica y la medicina tradicional china y muchos de ellos se encuentran en el día a día de su cocina. Alguno de ellos te sonará: Ashwagandha, rhodiola o gingseng.
Tanto las hierbas como las plantas que entran en esta categoría funcionan ayudando a equilibrar, restaurar y proteger el cuerpo. No apuntan a un órgano o sistema específico del cuerpo, sino que ayudan al cuerpo a responder al estrés de una manera más equilibrada, generando barreras y resistencias que nos permitan luchar contra estos factores de forma más óptima. Su objetivo es devolver al cuerpo a un estado de equilibrio (homeostasis) desde el que volver a construir y crear. Por ponerte un ejemplo, si tu cuerpo está sometido a mucho estrés en este momento, el adaptógeno responderá bajando los niveles de cortisol. Si estás experimentando fatiga crónica, con niveles de cortisol bajos, el adaptógeno subirá tus niveles para volver a entrar en equilibrio.
Para que una hierba o planta pueda ser considerada adaptógeno, tiene que cumplir 3 reglas:
Un adaptógeno debe tener una actividad no específica, lo que significa que debe ayudarte a adaptarte a una amplia variedad de factores de estrés, incluyendo agentes físicos, químicos y biológicos.
Un adaptógeno debe tener una influencia normalizadora, lo que significa que aumenta lo que necesita subir en una persona y disminuye lo que necesita bajar en otra. Equilibra el desequilibrio en un entorno.
Un adaptógeno no debe hacer daño o herir de forma alguna.
Como os decía antes, estas plantas y hierbas medicinales se han utilizado desde hace siglos en otras culturas, como la china. En su entendimiento de la vida, regulado por energías y puntos energéticos corporales, el objetivo era siempre el equilibrio, el poder llegar a un estado en el que el ying y el yang, los dos principios opuestos, estuvieran equilibrados. En esta búsqueda del equilibrio es donde entraban en práctica estos adaptógenos, que ayudaban a equilibrar ambas energías de forma sistémica. También podemos ver cómo, a lo largo de la historia, han sido utilizados en otras culturas como la india, con la ashwagandha y la albahaca santa, en la cultura rusa, utilizando el eleuthero, o gingseng siberiano, en Escandinavia, donde utilizan la Rhodiola rosea, que crece en climas fríos y montañosos, o en Corea, con su ginseng coreano.
Pero, ¿cómo podemos empezar a integrarlas en nuestro día a día y para qué? A mí me gusta pensar que existen remedios naturales que, aunque su eficacia no pueda ser comparada a la de una medicina convencional, por su concentración y certificación tras ella, puede ayudarnos a mejorar, de forma sutil y sostenida, algunos aspectos de nosotros que nos permitan construir ese yo del futuro al que queremos llegar. Aunque constantemente escucho, leo y veo casos concretos de personas que han mejorado gracias al uso de estas plantas medicinales como complemento, aún no existen estudios científicos que avalen formalmente la eficacia de estos compuestos, porque han sido estudiados en casos específicos no generales o porque la muestra no era lo suficientemente amplia como para sacar conclusiones y resultados certeros. Eso no quita que yo, soberano de mi cuerpo, y conociendo que son plantas seguras sin prácticamente contraindicaciones, decida entender y ver cómo funcionan en mí alguna de estas plantas en mi organismo, y haya visto cómo han mejorado el estrés o la ansiedad con ellos.
Dicho esto, os paso una lista de los que considero que son más interesantes para nuestro día a día y qué beneficios tienen cada uno de ellos.
Ashwagandha (Withania somnifera): La reina de los adaptógenos.Esta hierba es ampliamente utilizada en la medicina ayurvédica. Se cree que ayuda a reducir los niveles de cortisol, una hormona liberada en respuesta al estrés. Esto puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Además, algunos estudios sugieren que la ashwagandha puede mejorar la concentración y el rendimiento cognitivo.
Ginseng (Panax ginseng): El ginseng es una planta originaria de Asia que ha sido utilizada durante miles de años por sus propiedades medicinales. Concretamente esta variedad es la coreana. Se dice que el ginseng ayuda a aumentar la energía, mejorar la función cognitiva y promover la relajación. También puede tener propiedades antioxidantes e antiinflamatorias.
Rhodiola Rosea: Esta planta crece en las regiones frías de Europa y Asia. Se utiliza en la medicina tradicional para aumentar la resistencia física y mental, reducir la fatiga y mejorar el rendimiento en situaciones de estrés.
Reishi (Ganoderma lucidum): Este hongo es venerado en la medicina tradicional china y japonesa por su capacidad para promover la longevidad y la salud en general. Se dice que mejora la función inmunológica, reduce el estrés y promueve el sueño.
Cordyceps (Cordyceps sinensis): Se cree que los cordyceps pueden aumentar la energía al mejorar la forma en que el cuerpo utiliza el oxígeno, especialmente durante el ejercicio. También pueden tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y efectos beneficiosos sobre la función pulmonar y el rendimiento atlético.
Chaga (Inonotus obliquus): El Chaga es un hongo que crece en los árboles de abedul en las regiones frías del hemisferio norte. Se cree que tiene propiedades antioxidantes, inmunomoduladoras y antiinflamatorias.
Melena de león (Hericium erinaceus): Este hongo se utiliza en la medicina tradicional china y japonesa. Se cree que el Lion's Mane puede mejorar la salud cognitiva, incluyendo la memoria y la concentración, y también puede tener propiedades neuroprotectoras.
Cola de pavo (Trametes versicolor): Este hongo se utiliza en la medicina tradicional china y japonesa por sus propiedades inmunomoduladoras. Se ha investigado por su potencial en el tratamiento del cáncer y como un apoyo para la quimioterapia.
Creo que existen muchísimas opciones a la hora de poder potenciar o empoderar nuestro yo del futuro, y todas te acercan, en mayor o menor medida, a esa persona que quieres ser. Para mí, el objetivo de estos emails es animarte a moverte desde la curiosidad, desde la búsqueda de nuevas perspectivas o formas de ver la realidad y de construir el mundo en el que quieres vivir mañana.
Nos vemos en el futuro,
Fabián