FutureSelf 52: Sé el creador de tu vida.
Nacer es lo único que no eliges, el resto corre de tu cuenta.
Muchas veces me pongo a pensar en lo afortunado que soy de haber nacido en un lugar con recursos, en una familia con amor, en un entorno como Mallorca, o en un momento como el actual. También me genera cierta responsabilidad el hecho de pensar que no todo el mundo tuvo la misma suerte. Porque si, para mí, sólo hay un tipo de suerte en la vida, y es la primera con la que te encuentras: nacer.
Cuando nacemos, no elegimos, simplemente nos sueltan en algún lugar del mundo, en algún momento de la historia. Eso es suerte. Una treta del azar que nos condiciona durante el tiempo suficiente como para forjar parte de nuestras vidas. Ahora bien, nuestra suerte acaba ahí, para bien o para mal. Pasaremos unos 10 o 13 años absorbiendo, generando un modelo mental de lo que es la realidad para nosotros, creando un mundo que vemos reflejado en todo lo que nos rodea, para acabar determinando que esa es la única realidad. Y ahí es cuando empiezan los problemas. Porque cada realidad es única, y diferente.
Si somos capaces de verlo, estaremos en el buen camino. Porque entenderemos que la vida está compuesta de grises, de opiniones contrapuestas, de perspectivas. Y podremos hacer lo que mejor se nos da hacer: adaptarnos. Ser flexibles. Aprender. Ser humanos.
Sin embargo, si decidimos hacer caso omiso, y seguimos obcecados en creer que nuestra propia visión gobierna el mundo, estamos fastidiados. No por autoritarios, no por egocéntricos, si no por ciegos. Nos quedaremos atrapados en una versión de nosotros que no nos representa más, que poco a poco nos atrapa en una red que, sin ser conscientes, nosotros mismos hemos ido tejiendo. Somos la presa y el cazador. Nos convertimos en víctimas de nuestras propias mentiras. Aquellas que hemos estado nutriendo durante décadas y que un día explotan en la cara, sin saber de dónde nos han venido. Escuchaba el otro día un podcast de una conocida chef americana que, después de 20 años con su restaurante vegano (que facturaba mucho en el centro de Los Ángeles), decidió incorporar carne de pasto y otros productos de origen animal en su menú. Contaba cómo ella es vegetariana de nacimiento, pues sus padres lo eran. Al preguntarle en la entrevista el motivo por el que su madre se hizo vegana, ella respondió: Un día leyó en las noticias un artículo en el que se mostraba cómo trataban a los animales. Horrorizada, decidió no volver a comer carne. Y, con todo el sentido, decidió adoptar esa visión del mundo. 40 años más tarde, su hija le presentó una visión más responsable de lo que una granja debería ser: un lugar en el que honrar la vida del animal como se merece. Al aire libre, pastoreando, con acceso a la mejor alimentación, sin estrés y de forma que se respete la vida de ese animal. La película había cambiado, pero ella no. Y, el motivo por el que decidió pasarse a una alimentación plant based en primer lugar (la explotación y maltrato animal) acabó derivando en una visión rígida e inflexible de su identidad. Es como la abuela que escuchó una vez en la radio que los huevos daban mucho colesterol, o que tomar limón en ayunas ayuda a las defensas. Recuerdo como Mel me contó que su abuela estaba convencida de que no podía comer vegetales de color porque una vez se lo dijo el médico, y ya se quedó con eso. Son ideas que se nos quedan clavadas y pueden cambiar el rumbo de nuestro futuro. Creo que todos tenemos que protegernos de eso, porque vivimos en la era de las opiniones, y, por suerte o por desgracia, cada día hay más y gritan más fuerte. Esos gritos generan ruido y ese ruido, caos.
Pero, tengo una buena noticia. Hay solución. Y está más cerca de lo que crees. Vivimos en el mejor momento de la humanidad (al menos que hayamos conocido), en un horizonte con millones de oportunidades que pueden ser aprovechadas por nuestros talentos. Pero, en un mundo lleno de posibilidades, no es libre el que las tiene, si no el que decide qué hacer con ellas. Y es ahí donde nosotros entramos. En mi caso, elijo ser responsable y soberano de la vida que quiero construir, no víctima de un sistema que no he elegido. Elijo aumentar las probabilidades de que lo que quiero que pase, acabe sucediendo, y no tirar la toalla refugiándome en una ilusión que yo mismo he creado para protegerme de todo lo que hay ahí fuera. Todos tenemos 24 horas. Pocos son conscientes del poder que tienen y muchos menos las usan a su favor para su propio beneficio. Ya sea mejorar tu salud, sus relaciones, sus experiencias o su propio ser.
Si, vivimos en la era de las posibilidades infinitas, pero también creo que vivimos en la era de las decisiones acertadas, y solo aquellos que estén en su centro y tengan control de su poder para tomarlas, pasarán al siguiente nivel del juego.
Aquí van unas cuantas ideas que uso constantemente sobre cómo pasar del modo víctima al modo creador:
Céntrate en tí. En tu mejora. En tu cuerpo. En tu mente. En lo que te motiva. En lo que te hace sonreír o te activa. Estamos muy inmersos en una sociedad en la que el foco está en los demás: lo que hacen, lo que viven, lo que comen, lo que sienten… todo es hacia afuera, y luego nos extrañamos de que exista la comparación, la sobreexigencia, la envidia… Por eso, el mejor antídoto es enfocarnos en nuestra propia vida, y lo que ello conlleva: mejorar mi cuerpo, mi alimentación, mis fuentes de información, mi entorno, mi sueño…
Usa los drenadores y generadores de energía a tu favor. ya hablé de esto en el episodio 52 del podcast. La energía está constantemente disponible, pero tienes que saber transformarla a tu antojo para que sirva a tu propósito, no para que te drene. El sol puede servir para recargarnos de vitamina D o para quemarnos e inflamarnos, todo depende de su uso.
Sé una persona extremadamente curiosa. Creo que las personas curiosas son humildes por naturaleza, pues asumen que no saben nada, para tener una mente abierta y ser esponjas de lo que tienen que absorber. La curiosidad es y será un caballo ganador en esta sociedad, porque te permite adelantarte genuinamente, te permite entender otros puntos de vista y comprender la escala de grises en la que vivimos. Además, es posible que gracias a tu curiosidad explores pasiones que no conocías y seas más feliz.
Ten siempre una intención. Para todo. Esto es un mega hack que te ayudará a capar las infinitas opciones que tienes por delante para filtrar aquellas que realmente te interesan basadas en tu intención. La intención es el faro, es lo que direcciona y lo que nos produce sensación de avance. Ten siempre una intención clara y honesta con tu deseo.
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Nos vemos en el futuro,
Fabián