Tengo que confesar que el fénix siempre ha sido una criatura muy enigmática para mí. Un ser mitológico que representa algo que los humanos no paramos de hacer constantemente: transformarnos.
Cuenta el mito, que el ave fénix surca los cielos cubierta en una llama poderosa y llena de fuerza. Desata su potencial de forma constante, hasta que, un día, la llama decide apagarse, dejar de brillar con la misma fuerza, convirtiéndose rápidamente en lo que precede al fuego: la ceniza. Esta ceniza, gris y aparentemente muerta, es la base de su resurgir. De ahí surge una pequeña chispa, que poco a poco se transformará en brasa y llama, para volver a brillar con más fuerza que la vez anterior. Es el ciclo constante de la vida y la muerte, del renacer y de resurgir de las situaciones que la vida nos pone delante.
Y puede ser un resumen de mi año. Un 2023 de autoconocimiento, de cambios y de evolución. Y así me gusta verlo. Como un fénix que cumplió una etapa, y ahora empieza otra. Una más madura, más poderosa, más fuerte y resiliente. Una etapa que no busca tanto mejorar su entorno, si no tu percepción del mismo. Porque he entendido que no es el entorno el que cambia, si no mi visión sobre él.
Y os quiero contar en líneas generales lo que me ha llevado hasta aquí.
Si queréis indagar un poco más, acabo de sacar un podcast en el que hablo de mi año fénix y sus implicaciones. Puedes escucharlo aquí.
Empecé el año perdido, sin mucho rumbo, sin saber lo que me depararían los próximos 12 meses, con una enfermedad autoinmune y sin mucha confianza en poder resurgir de ahí. Lo acabo con un proyecto sólido, con ganas de crecer, con el hipotiroidismo estabilizado sin medicación, y un plan de hacia dónde quiero ir y porqué.
Y atribuyo todo esto a varias cosas.
La primera ha sido la mentalidad. Afrontar mi año y mi destino con el arquetipo del fénix ha sido clave. Este concepto me ha ayudado a encontrar un motor de crecimiento, una esperanza que me movía a actuar en el día a día: la promesa de que de esta situación saldré más fuerte. Esa mentalidad se ha visto infinitamente reforzada por mi entorno. Concretamente dos mujeres que me han ayudado a reforzar cimientos, a entender y creer en mis talentos de nuevo, en confiar en el universo y tener la paciencia suficiente para conocer que el progreso no está en la meta, si no en el camino: Mi pareja, Mél, y mi mentora, Palo. Mujeres fuertes, que predican con el ejemplo y que me han ayudado a mantener una velocidad de crucero que me ha permitido poder escribir esta newsletter hoy. Rodéate de personas que te hagan crecer. Que crean en tí. Que te mantengan en ese mood. Si no las tienes, búscalas, crea referentes online, contrata mentores.
La segunda ha sido el deseo. El deseo es uno de los grandes motores de creación de realidad. Piensa en cualquier gran movimiento que hayas hecho en tu vida. Seguro que la motivación venía de algún deseo por explorar, o de algún miedo por evitar. Movernos a través del miedo puede ser útil, pero a largo plazo trae consecuencias negativas que queremos evitar (de eso hemos hablado ya en varias ediciones de FutureSelf), identificarse en el deseo, sin embargo, produce no sólo beneficios en el corto plazo, si no que se van componiendo a medida que avanzamos. El deseo es un motor que tenía sin explorar, que me daba pudor poder afrontar y asumir como propio. Y, aunque en muchas ocasiones es inconsciente, tenemos una barrera mental (creada por la sociedad) que nos impide ser 100% honestos con lo que deseamos y las acciones que tomamos para que ese deseo se transforme en realidad.
La soberanía personal es el tercer pilar de mi año fénix. Ser soberano de mi vida, de mi realidad, no ha dejado de traerme nuevas responsabilidades, nuevos desafíos, pero también muchas alegrías. Te devuelve el poder, te devuelve la consciencia de que todo lo que hay en tu realidad depende en parte de ti y de como reaccionas. La soberanía tiene varios niveles, algunos de ellos los he tratado también en esta newsletter:
FutureSelf 9: Soberano de tu vida
Existe un momento de la vida en la que la magia se convierte en algo real, algo palpable, que puedes tocar con las yemas de tus dedos. Un momento en el que el tiempo se detiene y tu capacidad de entender el mundo que te rodea empieza a ser algo natural y fácil. Donde todo empieza a fluir y la serendipia empieza a brotar.
FutureSelf 10: Monarca de tu mente
Ser soberano de tu mente te permite un nivel de decisiones que por inercia jamás tomarías. Hoy quiero contarte cual es el proceso que aplico para hacerme cada día más soberano de ella y evitar que, poco a poco, ella me controle a mí. La mente es una de las tecnologías naturales más fascinantes con las que me he encontrado jamás. Te permite hacer cosas qu…
FutureSelf 12: Reyes de nuestro cuerpo
La soberanía es un ejercicio de resiliencia. Ya lo hemos visto en ediciones anteriores. Ser soberano va más allá de tener el poder en algo, hay que actuar como un anfitrión, y estar ahí cuando las cosas se desvían, es en ese momento en el que nos definimos realmente como soberanos anfitriones de nuestro templo, y no dictadores autoritarios que sólo busc…
Y es que recuperar el poder en ti, en tu salud, en tus decisiones, en tus acciones, es extremadamente potente. Te aleja del modo víctima y te acerca al modo constructor de realidades. Empecé con acciones muy muy sencillas: 10 flexiones al día, leer 5 minutos diarios, 3 sesiones semanales de respiraciones… y fui ganando confianza.
Después de 365 días puedo decir que entro en 2024 con una mentalidad sólida, con unos cimientos construidos, con ganas de explorar desde esta base todo lo que la vida tiene por ofrecerme y con el deseo de generar ideas y proyectos que me aporten mucha satisfacción. Este 2024 vendrá cargado de mejora personal, biohacking, propósito, reflexiones y muchas cosas por descubrir.
Y, como no hay nada más poderoso que una pregunta, te la dejo, para que la contestes, antes de que el 2023 se escurra entre nuestros dedos:
¿Qué vas a hacer para que 2024 sea tu año fénix?
Nos vemos en el futuro,
Fabián